13 de julio de 2011

La Virgen de la Esperanza en versos de Fernando Lastra.

I

"Te ví un día, Esperanza de Triana,

en tu Capilla de calle Pureza

y prendado quedé de la belleza

que guardas en tus ojos de gitana"

II

"Comprendo que la villa sevillana

exaltando tus dotes de grandeza

incline, cuando pasas, la cabeza

y te rece de noche y de mañana"

III

"Cuando llega la Semana de Pasión

siempre habrá una saeta callejera

como un grito de respeto y oración"

IV

"Alabando a una Virgen marinera

que en mil pedazos les da su Corazón

a su gente sencilla y trianera"

12 de julio de 2011

El Puente de Triana.






Si la Giralda es el simbolo por antonomasia de Sevilla, el Puente lo es de Triana. El Guadalquivir no sería el mismo hoy a su paso por Sevilla sin la estampa de su Puente "vestido de lunares", tal como se le ha descrito en más de una ocasión. Puente con nombre de reina que acaba claudicando ante la fuerza de un barrio que pone en el cielo de la ciudad el nombre de Triana. Puente que murió en Paris en 1825 y que renació en Sevilla en 1852 porque quiso cambiar las aguas del Sena por las del Guadalquivir. Puente que tiene la dicha de tocar las dos orillas sevillanas, de abrazar al río y de mirarse en el espejo de sus aguas.


Hemos querido traer en esta ocasión a esta sección tres estampas del Puente de Triana. Porque el Puente ciertamente es de Triana, pertenece al barrio, ya que de hecho consta registrado con el mismo codigo postal que el resto del histórico arrabal.


La primera fotografía es antigua y nos ofrece claramente la fisionomía original del Puente, tal como fue concebido, salvo pequeños detalles como las farolas, que no son las primitivas. Podemos observar la estructura de hierro de los tres arcos, cada uno de 48 metros de longitud, así como las volutas que embellecían el tablero del Puente en su cara exterior. También contemplamos la antigua barandilla y, en la distancia, una calle Betis sin el edificio del Faro, y un Paseo de la O en el que aparece indeleble en el tiempo el Callejón de la Inquisición. La fotografía debe estar fechada en los primeros años del siglo XX.


La segunda fotografía, mucho más actual, recoge la misma perspectiva del Puente, pero tomada desde la cara opuesta, la que mira a la Cartuja. Hemos elegido esta foto porque refleja claramente la fisionomía actual del Puente y sus cambios en relación con la estampa anterior. La llegada del tranvía y el peso de los nuevos vehiculos demandó un tablero más resistente y ancho que facilitase la movilidad en el paso entre ambas orillas. De esta manera, en el año 1918, se emprenden las obras de remodelación y adecuación del Puente trianero. Bajo proyecto de Felix Rámirez Doreste, en 1917, se ejecuta un nuevo tablero que permite duplicar las vías de los tranvías, y se diseñan los voladizos laterales que hacen que las aceras peatonales salgan de la propia anchura del Puente. Fue entonces cuando se aprovechó también para sustituir las antiguas barandillas por otras más hermosas que perduran hasta la actualidad. De este modo, posiblemente el Puente perdió su fisionomía original, pero ganó en funcionalidad de cara a los nuevos tiempos. En la fotografía pueden observarse los mencionados voladizos peatonales que a partir de 1918 ensancharon la calzada del Puente.


Y finalmente hemos dejado para el final una estampa de la Stma. Virgen de la Esperanza cruzando tan bellisimo enclave de nuestro barrio en la jornada del 31 de mayo de 2009, con motivo del XXV Aniversario de su Coronación. La Esperanza, el Puente y el Río, los tres simbolos eternos de Triana, que tiene anclados en ellos los sentimientos más hondos de su razón de ser.

11 de julio de 2011

Portada de nuestros Boletines III

Portada del boletín de la Hermandad, primero del año 1993, en el que aparecía una fotografía de la Virgen de la Esperanza, en la Madrugada del año 1990, poco antes de entrar en la Catedral. Esta imagen quedó clasificada en segunda posición dentro del concurso Cartel Triana 1993. Su autor, Manuel Leal Adorna.

El Señor de las Tres Caídas en el sentir de José María Rubio.


I

"Por el suelo de Triana,

Cristo de las Tres Caídas,

con la mirada perdida,

tu oscura pena se arrastra.

¡Quién fuera tu cirineo

en esa noche tan larga!"

II

"En mis hombros pecadores

llevaría la dura carga

de la cruz de mis pecados

por tus calles solitarias.

Mi fuerza sería tu fuerza,

mi espalda sería tu espalda,

mis dolores tus dolores

y mis labios tu esperanza"

III

"Tú irías, Señor, adelante

y yo al paso de tus andas,

con tu cruz de puente a puente,

con tu cruz de Madrugada,

una noche sin caídas

tras las huellas de tus plantas"

IV

"Más si no puedo, Dios mío,

servirte en tan dura carga,

si han de besar tus rodillas

este suelo de Triana,

hazme piedra del camino

para tu mano apoyada,

y en la roca de mi vida,

sobre el barro de mi alma,

levantate, Cristo mío,

sosteniéndote en mi espalda,

que si caes setenta veces,

setenta veces las andas

de tu cruz y tus dolores,

de tu eterna Madrugada,

serán tu amor y mi fuerza

para tu mano apoyada

en la piedra de mi vida

que es el barro de Triana"


(Pregón de la Semana Santa sevillana del año 1991 pronunciado por D. José María Rubio Rubio)

7 de julio de 2011

En el vergel de la Esperanza...

La majestuosidad de un paso de palio, o su señorío al atravesar cualquier calle de la ciudad, no tiene porqué ir reñido con la gracia de saber mecerlo o con la gracia de saber exornarlo adecuadamente. Y es que muchos confunden majestuosidad y elegancia con sobriedad y es ahí donde radica el problema o el desentendimiento. Porque es cierto que un paso de palio no puede ir sobrio y con gracia, desde mi punto de vista no casa, pero sí majestuoso y con gracia, que es diferente. Y es ahí donde se coloca la Esperanza.

La Esperanza, cuando se ve venir, viene majestuosa: por su andar tan puro y tan suyo; por sus flores, únicas donde las haya, y por la estampa de la propia Virgen en el paso, que es arrolladora. Y cuando pasa, pasa con la gracia de su barrio, de su gente, de su Cara tan sobradamente guapa, que no le hace sombra ni las azucenas de la Giralda.

Y ya que hablamos de flores diremos que la Esperanza de Triana lleva las más bellas que se pueden encontrar. No hay un paso de palio en Sevilla que lleve más flores que la Esperanza, ni más hermosas, porque para Ella se escogen las más bellas que en el jardín del universo se pueden encontrar.

Hemos visto su paso adornado con rosas blancas y con rosas rosas. Lo hemos visto con gladiolos blancos y con gladiolos rosas (Madrugada de 1984). Lo hemos visto con calas, liliums, orquideas de muchas clases, camelias blancas y rosas, dendrobiums, watsonias, nardos, azucenas, lilas blancas y, como no, claveles. Pero la Esperanza no solo ha marcado un estilo en las flores que ha usado a través del tiempo, sino también en su colocación en el paso, creando sus propias señas de identidad. Suyas son las grandes esquinas de flores que tanta gracia le imprimen al paso, al compás de sus costaleros. Suyas son las delanteras en forma de cascadas de flores que rebosan hasta el respiradero. Suyas son las jarras entremezcladas de flores, haciendo de la composición un conjunto singular. En su exorno hay dedicación, belleza, personalidad y valentía, porque si hay una Virgen en Sevilla que rompa los moldes establecidos en exornos florales esa es, sin duda, la Esperanza de Triana. Cuando los inamovibles de la Semana Santa han querido decirle al resto lo que estaba bien o mal esteticamente, la Esperanza de Triana desarrollaba su propia personalidad y se guiaba por Ella misma, sin que nadie le marcase las directrices a seguir. En el año 1976, la Virgen revolucionó la estetica floral y apareció en la calle exornada por completo con rosas rosas, estampa que se repitió treinta años después, en 2006. Recordamos que en estos tonos rosas le gustaba a Antonio Ordoñez el palio de la Esperanza. Con Vicente Acosta se hizo fuerte el gladiolo, que también los sacó en tonos rosas en la Madrugada de 1984, víspera de la Coronación y en cuya mañana de Viernes Santo vino a visitarla su Majestad el Rey D. Juan Carlos. Con Luis Murillo como hermano mayor, el paso de la Virgen sufrió un recorte en su exorno floral en cuanto a la cantidad (años 1990 y 1991) que no de estilo, porque la Virgen mantuvo sus esquinas y su exorno particular. Con Alfredo Álvarez Mensaque, el paso volvió a mostrar su sello caracteristico. En 1992 sacó las orquideas que el Pabellón de Portugal en la Expo le regaló a la Virgen traídas expresamente de Madeira para Ella.

Para bien o para mal, es cierto que a día de hoy el clavel es una flor que está en decadencia dentro de la Semana Santa sevillana. Bien por modas pasajeras o bien porque definitivamente se abre el abanico de posibilidades a la hora de adornar floralmente un paso de palio, lo cierto es que el clavel ha perdido terreno. Y es que el clavel fue una flor recurrente en la decada de los 40 y 50 que ofrecía unas caracteristicas que no ofrecían otras flores en aquella época: durabilidad, manejabilidad y economia para los tiempos que corrían. Por eso, al ser una flor barata, bonita y fuerte, muchas Hermandades se decantaron por ella en tiempos de crisis. En algunas Cofradías de sellos llamemosle "rancios" han perdurado tanto que sus juntas de gobierno sienten cierto recelo o complejo a la hora de sustituirla por otra flor que, aunque pudiera ser mas hermosa, más delicada y con más empaque, son inamovibles.

Sin embargo, en otros pasos de palio en los que los claveles eran insustituibles, finalmente han sido cambiados en beneficio de otras flores más hermosas y con más encantos que ofrecer que el clavel.

En Sevilla existen tres pasos de palio que son autenticos referentes en el arte floral de nuestra Semana Santa: los de la Virgen de la Concepción, del Silencio, y las Aguas del Museo junto a nuestra Esperanza. El primero porque si hay un estilo floral que ese sí debe ser inamovible es el de la Concepción del Silencio: azahar, el perfume de la pureza, para llenar la plata de su paso de palio. El segundo porque la Virgen de las Aguas siempre marca unas pautas dignas de alabar, haciendo de la flor exotica un ejemplo de elegancia dificil de superar. Y la Esperanza porque rompe los moldes clasificados y convierte su paso de palio en un modelo a seguir dentro de la Semana Santa sevillana. Además, la Esperanza despierta cada Madrugada la ilusión y la sorpresa de saber qué flores llevará la Virgen este año. Es una espera que, en forma de guinda, corona nuestras ilusiones y que cada año nos llena de gozo cuando la contemplamos tan sumamente bella en su paso de palio, esperando la salida procesional en la Capilla de los Marineros.

Hay quien critica la cantidad de flores que lleva la Esperanza en su paso, y no es que Ella vaya sobrecargada (que lleva las que tiene que llevar un paso de palio como el suyo), sino, porque por esa regla de puntos de vista, también nosotros podríamos alegar que otros van muy pobres de flores, tanto en número como en variedad. Apliquemos el dicho popular de que más sabe el demonio por viejo que por demonio, aquí las criticas ya sabemos de dónde parten y de quienes vienen...

Si defendemos que las artes tradicionales sirven de expresión y configuran un lenguaje particular a través del bordado o la orfebrería, también el arte de exornar con flores un paso de palio puede configurar una manera de expresar, una manera de ser y una forma de sentir. Esa es la Esperanza de Triana. En sus flores está el amor de Triana, en sus flores está la devoción de miles de personas, en sus flores está la locura que su paso levanta por las calles de Sevilla...¿Que por qué lleva tantas flores?: porque es la Esperanza de Triana.

La personalidad tan arrolladora que en la calle tiene la Esperanza de Triana podría incluso resumirse en su estetica floral. Es todo tan desmedido, tan grande, tan infinito, que es como si quisieramos reflejar en él la devoción que despierta la Esperanza en el pueblo de Sevilla. No hay barreras que puedan contenerla. Todo es derroche: su palio, de gracia; sus manos, de consuelo; su cara, de belleza, y su paso, de flores. Y quien no quiera entenderlo, no le pido que lo haga, pero si que lo respete, porque así es la Esperanza, ese es su estilo y esa es su personalidad. Y me van a permitir que lo diga, porque lo que carece de coherencia es que otras Dolorosas vayan cargadas de joyas y de bordados hasta la saciedad y luego luzcan cuatro claveles por jarra, o que un palio de barrio vaya caminando como si fuera otro de cajón... Eso no es coherente y sucede.

Gracias a Dios, la Esperanza siempre será la misma, porque Ella no se deja influir por las "imposiciones" de aquellos que manusean la Semana Santa. Algo bueno tenía que tener haber nacido, crecido y vivido siempre extramuros de la urbe y al otro lado del río...

Algunos han llegado a calificar el estilo floral de la Esperanza como un "jardín botánico", siendo en realidad un autentico halago, pues carece de todo sentido ofensivo. A vueltas con la incultura que se apodera de muchos. Y es que en un jardín botánico se dan cita multitud de selectos vegetales, plantas y flores que no se encuentran en cualquier sitio y que requieren unos cuidados especiales. En ellos se estudian e investigan especies de todo el mundo. Jardines botanicos fueron creados por el primer Gran Duque de Florencia, Cosme de Medicis, en 1543, en la ciudad de Pisa o por Fernando VI en Madrid, en 1755, lo que demuestra la importancia que han tenido a lo largo de la historia. Es por todo esto y más, que el hecho de llamar o denominar al estilo floral de nuestra Esperanza como "jardín botánico" no deja de ser un admirable piropo que cuadra perfectamente con ese magnifico vergel de flores que acompaña a la Virgen cada Madrugada de Viernes Santo, mientras otros pasos de palio han de conformarse con manojitos de claveles a 5 euros la docena...

Las flores en la Esperanza juegan también un papel simbólico. La explosión devocional que Ella despierta en el pueblo es fielmente reflejada en esa otra explosión de flores que es su paso de palio. No hay moldes a los que la Esperanza esté sujeta. Ni fronteras que Ella no cruce. Porque si a los amores de nuestras vidas siempre les hubimos regalado flores en señal de nuestro amor, la Esperanza, por amor, lleva más que nadie. Y Ella, querida y amada es como ninguna. Y eso es también cuestión de flores...

Flor de las flores

Paso de palio de la Esperanza entre 1981 y 1983. Aún se conservaba la vela rizada delante de cada varal delantero.

Paso de palio de la Esperanza en el año 1987 cuando sacó la medalla de la ciudad engarzada en una gargantilla.


Paso de palio de la Esperanza en el año 1991, con los faldones estrenados ese año, realizados por Benjamín Pérez, y el recorte floral que experimentó el paso un año antes, en 1990, y que tuvo continuación en este de 1991. Año de la retransmisión por Canal Sur televisión de la salida de la Hermandad desde la Capilla hasta el Puente de Triana.



El paso de nuestra Esperanza en el año 1992. La Virgen sacó entonces orquideas de la isla de Madeira, que fueron traídas expresamente para Ella y donadas por el Pabellón de Portugal en la Exposición Universal de Sevilla celebrada aquel año. Fue el último que la Virgen procesionó acompañada por la Banda de la Esperanza de Triana (aquella formación de uniformes verdes que pertenecía en realidad a la Cruz Roja) y también el último en el que los faldones salieron con su fisionomía original. Solo dos años aguantaron así: 1991 y este. Por otra parte hay que decir que aquel año el Stmo. Cristo de las Tres Caídas acudió en la tarde del Sábado Santo al Santo Entierro Grande que se organizó con motivo del V Centenario de la Evangelización de América.



Paso de palio de Ntra. Sra. de la Esperanza en el año 1993, donde se observa la recomposición de los faldones, que no obtuvieron mucho éxito y acabarían por sustituirse por completo en 1997, siendo usados sus bordados en la confección de una saya y un manto blanco de camarín para la Stma. Virgen. La Stma. Virgen procesionaría acompañada por la Banda Municipal de Camas.


En el año 1997 la Stma. Virgen de la Esperanza de nuevo procesionó exornada con orquideas, tal como puede apreciarse en esta fotografía. El palio había sido pasado a nueva malla en el taller de Fernández y Enriquez y se estrenaba el juego de faldones, que seguían la estetica de los antiguos, con broches en las esquinas y cartelas en los centros. Se recuperaba, del mismo modo, la caracteristica flequería de los respiraderos, que se perdió en la segunda mitad de los 80.


Paso de palio de la Esperanza de Triana en el año 2001.


Paso de palio de Ntra. Sra. de la Esperanza en el año 2007.



Paso de palio de Ntra. Sra. de la Esperanza dispuesto para la procesión extraordinaria del XXV Aniversario de la Coronación en 2009. Era novedad la flequería de las bambalinas. El exorno floral fue exquisito.


Paso de palio de la Esperanza trianera en el año 2010.


Paso de palio de Ntra. Sra. de la Esperanza en el año 2011. No salió por causas de la lluvia.