7 de julio de 2011

En el vergel de la Esperanza...

La majestuosidad de un paso de palio, o su señorío al atravesar cualquier calle de la ciudad, no tiene porqué ir reñido con la gracia de saber mecerlo o con la gracia de saber exornarlo adecuadamente. Y es que muchos confunden majestuosidad y elegancia con sobriedad y es ahí donde radica el problema o el desentendimiento. Porque es cierto que un paso de palio no puede ir sobrio y con gracia, desde mi punto de vista no casa, pero sí majestuoso y con gracia, que es diferente. Y es ahí donde se coloca la Esperanza.

La Esperanza, cuando se ve venir, viene majestuosa: por su andar tan puro y tan suyo; por sus flores, únicas donde las haya, y por la estampa de la propia Virgen en el paso, que es arrolladora. Y cuando pasa, pasa con la gracia de su barrio, de su gente, de su Cara tan sobradamente guapa, que no le hace sombra ni las azucenas de la Giralda.

Y ya que hablamos de flores diremos que la Esperanza de Triana lleva las más bellas que se pueden encontrar. No hay un paso de palio en Sevilla que lleve más flores que la Esperanza, ni más hermosas, porque para Ella se escogen las más bellas que en el jardín del universo se pueden encontrar.

Hemos visto su paso adornado con rosas blancas y con rosas rosas. Lo hemos visto con gladiolos blancos y con gladiolos rosas (Madrugada de 1984). Lo hemos visto con calas, liliums, orquideas de muchas clases, camelias blancas y rosas, dendrobiums, watsonias, nardos, azucenas, lilas blancas y, como no, claveles. Pero la Esperanza no solo ha marcado un estilo en las flores que ha usado a través del tiempo, sino también en su colocación en el paso, creando sus propias señas de identidad. Suyas son las grandes esquinas de flores que tanta gracia le imprimen al paso, al compás de sus costaleros. Suyas son las delanteras en forma de cascadas de flores que rebosan hasta el respiradero. Suyas son las jarras entremezcladas de flores, haciendo de la composición un conjunto singular. En su exorno hay dedicación, belleza, personalidad y valentía, porque si hay una Virgen en Sevilla que rompa los moldes establecidos en exornos florales esa es, sin duda, la Esperanza de Triana. Cuando los inamovibles de la Semana Santa han querido decirle al resto lo que estaba bien o mal esteticamente, la Esperanza de Triana desarrollaba su propia personalidad y se guiaba por Ella misma, sin que nadie le marcase las directrices a seguir. En el año 1976, la Virgen revolucionó la estetica floral y apareció en la calle exornada por completo con rosas rosas, estampa que se repitió treinta años después, en 2006. Recordamos que en estos tonos rosas le gustaba a Antonio Ordoñez el palio de la Esperanza. Con Vicente Acosta se hizo fuerte el gladiolo, que también los sacó en tonos rosas en la Madrugada de 1984, víspera de la Coronación y en cuya mañana de Viernes Santo vino a visitarla su Majestad el Rey D. Juan Carlos. Con Luis Murillo como hermano mayor, el paso de la Virgen sufrió un recorte en su exorno floral en cuanto a la cantidad (años 1990 y 1991) que no de estilo, porque la Virgen mantuvo sus esquinas y su exorno particular. Con Alfredo Álvarez Mensaque, el paso volvió a mostrar su sello caracteristico. En 1992 sacó las orquideas que el Pabellón de Portugal en la Expo le regaló a la Virgen traídas expresamente de Madeira para Ella.

Para bien o para mal, es cierto que a día de hoy el clavel es una flor que está en decadencia dentro de la Semana Santa sevillana. Bien por modas pasajeras o bien porque definitivamente se abre el abanico de posibilidades a la hora de adornar floralmente un paso de palio, lo cierto es que el clavel ha perdido terreno. Y es que el clavel fue una flor recurrente en la decada de los 40 y 50 que ofrecía unas caracteristicas que no ofrecían otras flores en aquella época: durabilidad, manejabilidad y economia para los tiempos que corrían. Por eso, al ser una flor barata, bonita y fuerte, muchas Hermandades se decantaron por ella en tiempos de crisis. En algunas Cofradías de sellos llamemosle "rancios" han perdurado tanto que sus juntas de gobierno sienten cierto recelo o complejo a la hora de sustituirla por otra flor que, aunque pudiera ser mas hermosa, más delicada y con más empaque, son inamovibles.

Sin embargo, en otros pasos de palio en los que los claveles eran insustituibles, finalmente han sido cambiados en beneficio de otras flores más hermosas y con más encantos que ofrecer que el clavel.

En Sevilla existen tres pasos de palio que son autenticos referentes en el arte floral de nuestra Semana Santa: los de la Virgen de la Concepción, del Silencio, y las Aguas del Museo junto a nuestra Esperanza. El primero porque si hay un estilo floral que ese sí debe ser inamovible es el de la Concepción del Silencio: azahar, el perfume de la pureza, para llenar la plata de su paso de palio. El segundo porque la Virgen de las Aguas siempre marca unas pautas dignas de alabar, haciendo de la flor exotica un ejemplo de elegancia dificil de superar. Y la Esperanza porque rompe los moldes clasificados y convierte su paso de palio en un modelo a seguir dentro de la Semana Santa sevillana. Además, la Esperanza despierta cada Madrugada la ilusión y la sorpresa de saber qué flores llevará la Virgen este año. Es una espera que, en forma de guinda, corona nuestras ilusiones y que cada año nos llena de gozo cuando la contemplamos tan sumamente bella en su paso de palio, esperando la salida procesional en la Capilla de los Marineros.

Hay quien critica la cantidad de flores que lleva la Esperanza en su paso, y no es que Ella vaya sobrecargada (que lleva las que tiene que llevar un paso de palio como el suyo), sino, porque por esa regla de puntos de vista, también nosotros podríamos alegar que otros van muy pobres de flores, tanto en número como en variedad. Apliquemos el dicho popular de que más sabe el demonio por viejo que por demonio, aquí las criticas ya sabemos de dónde parten y de quienes vienen...

Si defendemos que las artes tradicionales sirven de expresión y configuran un lenguaje particular a través del bordado o la orfebrería, también el arte de exornar con flores un paso de palio puede configurar una manera de expresar, una manera de ser y una forma de sentir. Esa es la Esperanza de Triana. En sus flores está el amor de Triana, en sus flores está la devoción de miles de personas, en sus flores está la locura que su paso levanta por las calles de Sevilla...¿Que por qué lleva tantas flores?: porque es la Esperanza de Triana.

La personalidad tan arrolladora que en la calle tiene la Esperanza de Triana podría incluso resumirse en su estetica floral. Es todo tan desmedido, tan grande, tan infinito, que es como si quisieramos reflejar en él la devoción que despierta la Esperanza en el pueblo de Sevilla. No hay barreras que puedan contenerla. Todo es derroche: su palio, de gracia; sus manos, de consuelo; su cara, de belleza, y su paso, de flores. Y quien no quiera entenderlo, no le pido que lo haga, pero si que lo respete, porque así es la Esperanza, ese es su estilo y esa es su personalidad. Y me van a permitir que lo diga, porque lo que carece de coherencia es que otras Dolorosas vayan cargadas de joyas y de bordados hasta la saciedad y luego luzcan cuatro claveles por jarra, o que un palio de barrio vaya caminando como si fuera otro de cajón... Eso no es coherente y sucede.

Gracias a Dios, la Esperanza siempre será la misma, porque Ella no se deja influir por las "imposiciones" de aquellos que manusean la Semana Santa. Algo bueno tenía que tener haber nacido, crecido y vivido siempre extramuros de la urbe y al otro lado del río...

Algunos han llegado a calificar el estilo floral de la Esperanza como un "jardín botánico", siendo en realidad un autentico halago, pues carece de todo sentido ofensivo. A vueltas con la incultura que se apodera de muchos. Y es que en un jardín botánico se dan cita multitud de selectos vegetales, plantas y flores que no se encuentran en cualquier sitio y que requieren unos cuidados especiales. En ellos se estudian e investigan especies de todo el mundo. Jardines botanicos fueron creados por el primer Gran Duque de Florencia, Cosme de Medicis, en 1543, en la ciudad de Pisa o por Fernando VI en Madrid, en 1755, lo que demuestra la importancia que han tenido a lo largo de la historia. Es por todo esto y más, que el hecho de llamar o denominar al estilo floral de nuestra Esperanza como "jardín botánico" no deja de ser un admirable piropo que cuadra perfectamente con ese magnifico vergel de flores que acompaña a la Virgen cada Madrugada de Viernes Santo, mientras otros pasos de palio han de conformarse con manojitos de claveles a 5 euros la docena...

Las flores en la Esperanza juegan también un papel simbólico. La explosión devocional que Ella despierta en el pueblo es fielmente reflejada en esa otra explosión de flores que es su paso de palio. No hay moldes a los que la Esperanza esté sujeta. Ni fronteras que Ella no cruce. Porque si a los amores de nuestras vidas siempre les hubimos regalado flores en señal de nuestro amor, la Esperanza, por amor, lleva más que nadie. Y Ella, querida y amada es como ninguna. Y eso es también cuestión de flores...

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