4 de junio de 2011

Esperanza Coronada

Hace veintisiete años... Veintisiete años hace de que la Madre de Dios fuese Coronada en Sevilla como nunca antes se había visto. Las dos orillas del Guadalquivir se desbordaron. Sevilla y Triana, Triana y Sevilla se volvieron a abrazar de la mano de su Virgen más bella, y a la petición de la Giralda de quererla coronar casi en sus entrañas, la calle Pureza dijo que si.

Triana le prestaba a Sevilla su joya más amada, su diamante más querido y hermoso, para que la ciudad que vive en frente de su Casa le regalase su amor coronandola como solo Ella ha sido coronada en esta santa ciudad de Sevilla.

Qué días de gozo, ¡qué días!, engalanandose las calles de anclas verdes y colgaduras blancas, de nervios en las casas de siempre, las de toda la vida, las que conocieron a su Virgen en San Jacinto y la vieron regresar a su Capilla de la calle Larga, las que siempre tuvieron como bandera de su fe a la Esperanza más humana de Sevilla.

Hace veintisiete años, veintisiete, y parece que fue ayer... Todo el barrio se volcó Contigo, Madre. Triana se vistió de fiesta, la más grande que jamás había vivido durante siglos de historia, para verte coronar en el corazón de Sevilla. Recibiste regalos y adhesiones de todas partes y hasta el mismisimo Dios te regaló una Bula que, a través del Beato Juan Pablo II, llegó a Triana para señalarte con el dedo y proclamarte Madre de Dios en la Tierra.

Morena y Gitana Reina de Triana que pusiste en las manos de Sevilla la mismisima Gloria para que la tocase y palpase como nunca antes la había sentido. Fue Triana con su Esperanza, fue Sevilla con su Esperanza, y hasta Roma con su concesión Pontificia, porque aquel 2 de junio de 1984 hasta el Baldaquino de Bernini quedó eclipsado por el poderío arrollador del palio de la Esperanza.

Hace veintisiete años... Y hoy parece que fue ayer...

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