1 de junio de 2011

Padre mío, Padre nuestro...

El Stmo. Cristo de las Tres Caídas encarna en su bendito rostro todo cuanto esperamos de Dios. Su estampa mantiene siempre viva nuestra fe, porque sus ojos son como un espejo donde renovamos nuestras fuerzas cada día. Como Padre, como Dios hecho Hombre, el Stmo. Cristo de las Tres Caídas es un verdadero nido de amor donde el tiempo se detiene sin mayores rodeos. Su mirada es tan sumamente bondadosa y su semblante tan profundamente dulce que nos hace sentir perdonados cada vez que nuestras miradas se convergen.

Por eso, al verlo, al contemplarlo, todas nuestras dudas acaban respondidas: la Caída, la mano apoyada, la mirada clavada en el suelo, la cruz torciendo su espalda, la rodilla hincada en el pavimento, el alma encogida, el cuerpo agotado... Cristo Divino y Padre humano, que se entrega por cada uno de nuestros pecados sin juzgar lo que hicimos. Es todo cuanto esperamos de Dios: su amor para curar nuestros defectos; su perdón para costear nuestros errores, y su entrega para enseñarnos el camino...

Por eso, mi Dios se encarna en el Stmo. Cristo de las Tres Caídas. Es la Imagen que llena cada rincón de mi alma y es quien siempre me refuerza cuando mis fuerzas fallan. Es pilar insustituible de mi fe, donde su mano me acaricia y me perdona, donde su mirada me hace comprender la vida que no entiendo y donde sus labios me hablan y me ofrecen el mejor consejo... Todo lo encuentro en Él, porque Él me lo entrega todo: la ternura del buen Padre, el amor de Dios entregado, la bondad del Corazón más puro, la sangre del sacrificio más obediente y el acto de entregar la vida sin pedir nada a cambio. Ese es mi Dios, en Él identifico al Padre, aquel que bendice con su mano este suelo de Triana y, sin fuerzas siquiera, es capaz de llevar al Cielo esa cruz que porfía en derrumbarlo. Él y solo Él, mi divino y humano Maestro, mi Señor de las Tres Caídas, Padre mío y Padre nuestro...


"Quisiera besar tus manos

y ayudarte, Señor, en tu carga,

que no hay más Dios soberano

que Tú, aunque Tres veces caigas

en este bendito Calvario

que es tu barrio de Triana"

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